sábado, 26 de septiembre de 2009

PELIGROSAMENTE ENAMORADO




Cuando te veo mis latidos cogen carrerilla.
Te miro y mis pasos entorpecen a mi sombra.
Te acercas y las manos bailan detrás de mi espalda.

Te toco y creo tocar el cielo, que no hay nada mejor que sentir tu piel entre mis dedos en medio de un suspiro. Nada más bello que mirarte y cegarme en tu mirada.
Tu locura embarga a mi cordura y mi mente se destroza mientras pienso en tus pecados.
Tu dulzura me desnuda todo aquello que protejo, el desarme de mi alma por la culpa de tus besos me convierte en un Don nadie que contigo soy Don todo.
Peligrosamente enamorado, camino de un lado a otro y me desespero ante tanta espera cuando sólo estoy conmigo mismo. A tus brazos al hallarte, no te dejo, no te suelto , no sea que pestañee y en un instante no te vea y me muera sin morirme.
Enfermo enamorado, que bebo de tu boca las palabras que drogan a mi frágil corazón.
Anorexia por tu ausencia...
Tiritando sin tu amor....
Encogido si te vas....

Cuando te veo ya no veo nada más.
Te miro y tus pasos son los míos.
Te acercas y bailamos a la vida.






sábado, 5 de septiembre de 2009

EL EJECUTOR CON CARA DE NOVATO




Hacía mucha calor y la árida tierra jugaba a los remolinos.
En el descampado, a unos metros, dos personas esperaban el juicio final. Atados y vendados por sus verdugos sólo imploraban al cielo que todo acabará ya. Tenían sed, mucha sed....y el llanto de la mujer era lo único húmedo que llegaba a sus labios. Su marido, jadeaba y en algunos instantes gritaba contra los asesinos.

El ejecutor con cara de novato, vestía uniforme militar que le daba un toque terrorífico.
Sudaban sus manos y sus ojos desorbitados miraban hacia sus víctimas y a su jefe una y otra vez.. La duda embargó por un momento el proceso de entrenamiento que había tenido durante un tiempo, aunque de repente y, con una sola indicación, volvió a ser esa máquina sin sentimientos hecha para matar.
Agarró el fusil y en posición vertical casi era más alto que él.
El soldado acababa de cumplir doce años y ahora su rostro desprendía frialdad y odio.
Recargó el arma , se la acomodó y apuntó esperando la orden de disparo.
Enfrente , el matrimonio susurraba palabras de amor y promesas contra el olvido.
Fidelidades más allá de la muerte y oraciones que iban a ese tal Dios.

La orden fue dada y el niño convertido en monstruo disparó una ráfaga de plomo que terminaron con sus vidas. Rápido , sin concesiones al arrepentimiento.
Al instante, el soldado recibió la recompensa ; unos cuantos dolares, un paquete de tabaco y un trago de whisky.

Antes de marchar de la escena del crimen, otros soldados apartarón los cuerpos a un lado , donde pronto llegarían los buitres y las hienas.
En ese momento el niño fijo su mirada en los cadáveres y recordó que en el pasado esas personas fueron sus padres y que ahora en el presente sólo eran enemigos que fueron pillados por robar dos diamantes que yacían entre el barro.
Escupió, se encendió un cigarro y se perdió con su regimiento por los caminos de esos pueblos de Sierra Leona que sufren tantas injusticias, asesinatos y abusos políticos.