miércoles, 27 de febrero de 2013

MIEDO


 

 

Quiero ser directo, sin concesiones…
Contigo no se puede ir dando rodeos, pues en cuanto llega la duda, vienes y golpeas, machacas y rematas sin compasión alguna.
Eres el villano más poderoso y la sensación más mísera, el que abusa sin piedad de las limitaciones que nos surgen desde que nacemos.  Tú, malévolo miedo, te filtras en la piel y te bañas en nuestra sangre, te asocias con las dificultades y convences a la mente de que, mejor resguardarse bajo tu manto que olvidarte y vivir sin ti.
No hay peor veneno que el sabor de tu presencia…
Eres el muro impenetrable y el dueño de nuestras cadenas, esas que arrastramos día y noche por llevar como castigo, el dogma de tus intenciones.
La eterna carga entre nuestros sueños y fracasos, el juez de las decisiones, el sereno que guarda las llaves de nuestro subconsciente…
Pero te nombro y te repito: Miedo, miedo…miedo. No te tengo miedo porque llevo suficientes armas a cuestas para darte un revolcón. Llevo la receta contra el lastre de tus síntomas y aunque maquines con tus perversas ideas, mantengo otras que pueden tutear el ejército que llevas desde mi corazón hasta mi alma.
Ere el gran cáncer psicológico, la sombra que planea en la luz de los deseos, el que sacude tanto nuestro camino que al final caminamos al revés. Sin duda, eres la enfermedad por antonomasia del ser humano. Eres fuerte, temible, angustioso y maligno, capaz de trasladar las heridas síquicas a la parte física y cortar de raíz cualquier propósito que se acerque a la felicidad. De ti nacen farsantes y la mentira más cruel. La que calla, la que confunde, porque has hecho de las actitudes siervas de tu reinado, esclavas de tu dictadura.
Pero, ¿sabes? Te nombro y te repito: Miedo, miedo…miedo.
No te tengo miedo y es más, acepto sin rubor que te he sentido en las profundidades de mí ser. Acepto que vas a vivir  pegado a mi eternamente, e incluso a veces me parece hasta bien, pues me das la posibilidad de enfrentarme a ti y sacar a relucir principios y valores que construyo en mi destino. La superación, la valentía, el orgullo, la empatía…
Miedo, eres el jerarca de la muerte, el freno de la ilusión, el borrador del futuro y el carroñero de la decepción. Eres la hiena sin sonrisa, el que desequilibra la balanza de la incertidumbre, el maltratador de la maltratada y el ventrílocuo de gente que como muñecos, se dejan ir porque la apariencia es lo que importa.
Vale, no puedo matarte, ni echarte al vertedero por ser puta escoria, basura y escombro, pero… ¿Sabes? yo  te nombro y te repito
Miedo, miedo, miedo…no te tengo miedo.
Aunque dormites conmigo, seguiré pintando sueños…
Aunque amanezcas en mi espejo, seguiré siendo la transparencia…
Aunque me rodees en muchos momentos, seguiré abrazando con mis brazos…
Aunque seas inmortal, tengo vida, ganas y fuerza para vivir una y mil vidas…
Miedo, miedo…miedo, no te tengo miedo.
 

 

sábado, 23 de febrero de 2013

UNA RAFAGA DE LUCES

 
 
 
 
Que se quite el destino del medio, que voy a toda ostia subido a mis sueños.
Que se aparten barreras y dudas, que soy imparable cuando empujo con el alma.
Que retiren mentiras y caretas, que soy muy rápido en esto de desvestir emociones y no quiero dejar en evidencia al falso e hipócrita.
Que pongan las calles para abajo, que hacia arriba ya las cogí para llegar al cielo y conquistarlo. Ahora toca voltear el infierno y convertirlo en dulce y tierno.
Que se marchen las sombras del suelo, que aunque pinten de oscuro el camino, voy en picado, sin frenos… y mis huellas una ráfaga de luces.
Que se eche a un lado el miedo, que he pisado el acelerador de la valentía para llegar a la suma de mis deseos.
 
Que allá voy, encajado en mi locura para desencajar a la rutina y aliñar esta vida, de nuestra fuerza e ilusión, hechizo y pasión.
Que me dejen de parrafadas y discursos que no tienen salida, que mis palabras abren puertas desde el rastro de mi sangre hasta el fin de mis intentos.
Que me olviden si lo que quieren es que olvide, que mi memoria lleva pensamientos enlazados a mis sentimientos y me piden recordar ahora y siempre, por lo que hay que luchar y por lo que hay que vivir.
Que no busquen los hilos a mis espaldas, que aunque caiga una y otra vez, tengo personalidad suficiente para no ser una triste marioneta.
Que se rindan si lo que quieren es dejar en los huesos nuestros valores, porque jamás voy a dejar de alimentar la esperanza y la transparencia.
Que sigan pregonando con su imagen los lujos y las etiquetas, la socarronería y demagogia, que a mí me va más, eso que llevamos dentro y nos hace diferentes.
Que sigan creyendo en su doctrina, que seguiré peleando por un mundo donde la balanza esté equilibrada y sea justa.
 
 
Que no me importa si al despertar llueve, cae nieve o surgen borrascas, pues cada día es una nueva oportunidad para ir a morder sueños y deseos.
Que a pesar de los badenes que construyen a cada paso dado y las continuas caídas que producen, tengo una gran amortiguación a los golpes y puedo y quiero seguir conduciendo por este circuito de curvas, llanuras y baches.
Que huya por fin el pavor, la decepción, la indiferencia, el egoísmo, la envidia…porque jamás bajaré los brazos contra aquellos que forman estas armas, aquellos que creen que por estar en las alturas no pueden morir en sus propias heridas.
Que se abra de par en par el tiempo, que en sus esquinas, recovecos, recodos…voy a cultivar pedacitos del sentimiento más bueno que tiene el ser humano.
 
Que voy a por todas…
Que no hay parada en la rendición…
Que la utopía se hará realidad…
Que el mundo es nuestro…y sólo nuestro.
 

 

viernes, 8 de febrero de 2013

DENTRO DE TI

 
 
 
Llega sin saber el tiempo de vida que va a vivir dentro de ti.
Pero cuando entra y se instala entre tu alma y corazón, no hay forma de controlar, ni manera de frenar su ímpetu, nada qué hacer cuando comienza a besar tus entrañas.
Imposible echarlo de tu cuerpo, agarrado como una sanguijuela; te aprieta, te inventa, te lleva en volandas, te ciega, te absorbe y te desordena la cordura para desempolvar la locura.
Dentro de ti…
Lo más bello que existe en el mundo.
Dentro de ti…
El verdadero motor del universo.
Dentro de ti…
El milagro de la vida.
Son las alas de tu sueño…
La sangre de tu espíritu…
El alimento de tu día a día…
Es inmenso y no se ve, es todo y tanto, que se sale por los ribetes de la eternidad.
El faro de tus deseos, el arco iris de tu cielo, la luna de tus versos.
Es el médico, el paciente, el paraíso y el tsunami.
Son las ganas de vivir y el desconsuelo si no encuentra respuesta.
Es capaz de desmontar en un instante lo que tú has creado a golpe de principios y compromisos. Fiel amiga y enemiga de la soledad y te convierte en un seguidor de sus mandamientos. Con él, puedes con aquello que decías que era imposible. Con él pintas de colores tus horas, te lleva de viaje al paraíso sin moverte del sitio y te viste de súper héroe en una aventura que puede pasar de la tragedia a un hermoso cuento o viceversa.
Sí está, eres mejor, más bueno, más dulce y más tierno.
Si está, eres el sol, la inmortal primavera, lo opuesto al invierno.
Si está, te quiero, me quemo, te cuido, me río.
Si está, te siento, el viento, el aroma , las bromas…
Son las olas de tus remos…
La perfección de la imperfección…
El fuego de tus latidos…
Es el roce de tu alma, es todo y tanto, que no hay mundos para arroparlo.
El guía de tu desbarajuste, el desbarajuste para tu orden, el orden de tu prioridad.
Es la flor, la espina y el jardín que cuidas con mimo.
Son las ilusiones de una tacada y la magia sin truco ni disfraz.
Dentro de ti…
La completa belleza.
Dentro de ti…
El sentir de los sentidos.
Dentro de ti…
Cuatro letras y el sentir del infinito.
Dentro de ti…

 

 

 

martes, 5 de febrero de 2013

LA TRAVESÍA DE TU NAUFRAGIO

 
 
Una losa más y el peso será el máximo permitido para aguantar tanto dolor.
Otra piedra y el muro será el más alto que hayas construido.
Una más y acabarás siendo una sombra encerrada en tu cuerpo.
Un lamento perpetuo por la inercia del victimismo.
Lo sé, no cuestiono la dificultad de vivir con una cicatriz.
Sé que la crueldad llegó cuando la felicidad abrazaba tus días.
Sé que ahora la ilusión ha muerto porque se enterró de un portazo.
Lo sé, entiendo, pero el tiempo te ha dado tiempo para indultar tu herida.
Ahora ya es momento de cambiar de amistades y dejar a la soledad que marche por donde entró. Ya es momento de abrir las persianas para que el sol pinte esas paredes marchitas por la oscuridad. Está bien, hazlo a tu ritmo, sin prisas y sin fecha, que cada uno tenemos un barómetro distinto para las emociones y la superación.
Hazlo, no te quedes amarrado en el pasado consumiendo recuerdos.
Intenta aceptar que Afrodita llevaba a Judas por dentro.
Reconoce que sus besos tan dulces terminaban con un regusto de amargura.
Ya, ya sé que estabas ciego y que el lazarillo era su andar, su contorneo y sus caderas.
Pero ahora vuelves a ver el cielo, después de tanto tiempo amurallado por la figura de su cuerpo. Vuelves a ver la luz, después de tanta venda y tanta palabrería…
No me sirve que sigas sumido en el eco de su carcajada, que lo que tú llamas dulce sonrisa, el mundo lo bautizó como el arma del diablo. No me basta que me digas que lo intentas, que el calendario se ha quedado en los huesos ante la caída de los meses, sin embargo tú sigues en el intento y ni siquiera sabes que intentas…
Vale, no me vengas con eso de que no estoy en tu piel, que más que entre tus poros, estoy en tu corazón y atiendo a la complicación de la situación. Asiento a tu llanto, a tu quebrado querer, a la pérdida de tu esperanza, al vacío de tu alma…
Comprendo la travesía de tu naufragio cuando navegabas en un transatlántico.
Comprendo que antes reinabas mares y océanos y ahora te ahogas en charcos.
Comprendo que tus descosidos ya no pueden remendarse porque has agotado el hilo de tu paciencia. De verdad, lo comprendo…
Pero ya toca apartar las piedras, las losas y dejar de repetir lamentos que bloquean tus intenciones y te avisan con luz intermitente de tu fallecimiento o resurrección.
Ya toca alzar tu voz por encima del reproche y de ese susurro torturador que enfría tu cama cada noche. Ya toca abrir ventanas que oreen tu respirar y ya toca volver al mundo con nuevas ropas y colores. Toca subirte de nuevo al escenario e interpretar con tus encantos los misterios de la vida.  Toca tirar del telón para que vuelvan los aplausos de tus deseos…
Mereces que el tiempo cambie su actitud contigo y lo adornes de nuevo con tu convicción.
Mereces que los días caigan repletos de tus cosas y dejen de ser huérfanos y en vano.
Mereces eliminar los restos de veneno que han quedado en tu mente y corazón.
Mereces alegrías, epopeyas sentimentales, veranos mensuales…un nuevo principio.
Sí, mereces que esas piedras se erosionen y vuelva a florecer el jardín de tu destino.