domingo, 21 de abril de 2013

EL VERANO


 

 
“El verano pasó como lo hace una estrella fugaz por el techo de nuestro mundo.
En el río ya no se oyen los chapuzones y las risas adornadas con besos de ternura.
Sin embargo, en el árbol, sigue anclado el corazón y dos letras que un día tallaron entre lágrimas y promesas.”

 
Él diecisiete, ella dieciséis.
Empezaron sin saber…
Terminaron graduados…

 
Es lo que tiene el amor; echa chispas en los lugares más extraños. En los rincones donde piensas que el aburrimiento será tu pareja de baile. En los caminos que crees equivocados y te sorprenden, cuando encuentras la flor más bonita del planeta en el solar más inesperado.
Es lo que tiene una mirada; Choca contra tus ojos y convierte tu respirar en un ciclón de suspiros que provocan  un pinchazo en tu alma imposible de frenar.
Es lo que tiene una voz; Se cuela en tus oídos, despoja los sentidos, abraza tu vacío y lo recarga de mil hechizos. Esa voz es tu alimento y olvidas hasta la dieta, por un manjar gigantesco que comienza en los ribetes de su boca.

Antes del último día, pasaron amaneceres y madrugadas pintando el cielo azul con la luz de sus ojos, contando estrellas y deseos a la par…Y dejando que el susurro del mar fuese la banda sonora de cada caricia y sonrisa compartida.
En ocasiones eran reprendidos por sus padres, pues a veces llegaban a altas horas de la noche con una alegría exagerada. Pero es que el amor, tiende a derrotar al tiempo y te sumerge en un mundo donde lo único que cuenta son los besos, los abrazos y los te quiero.

Cuando llegaban los últimos días del verano, la tristeza iba aumentando y, aunque eran dos jóvenes que apuraban cualquier sensación, cada vez había más momentos de silencio y pensamientos perdidos.
La despedida fue dura; ella, un manto de lágrimas, él cayó rendido a su cuerpo sin querer separarse nunca más y en ese abrazo, palabras que sellaron con un juramento:

 
—Prométeme que me escribirás, que esto no va acabar aquí—Dijo ella entre sollozos—.
—Te lo prometo—dijo él—No te olvidaré e iré a por ti, te lo juro—Contestó con firmeza—.

 
Los padres la acomodaron al coche entre el consuelo y la fuerza. Cerraron las puertas y arrancaron el motor. Mientras, ella golpeaba el cristal trasero, lloraba, gritaba y negaba con la cabeza. Poco a poco el vehículo se iba alejando del pueblo, de la playa, del árbol, de él…hasta que desapareció por completo.

 

"Han pasado cincuenta y seis años y precisamente hoy, ha pasado una estrella fugaz por el cielo. El verano está a punto de llegar y por la aldea dos personas caminan tranquilamente."

 
— ¿Cuánto tiempo sin venir por aquí, verdad?—Dijo ella—Bueno, yo más que tú, obviamente.

—Pues sí, dos años menos que tú. Los que tarde en reunir el dinero, cumplir dieciocho años e ir a por mi amada. —Replicó él—.

Ella sonrío, lo besó dulcemente y dijo:

    Mira, sigue intacto el corazón y nuestras dos iniciales. — dijo ella con entusiasmo.
      Sí—contesto él, pellizcándole la nariz— Ese árbol es eterno, como nuestro amor.

 .
La noche llegó y con ella, otra estrella pasó por encima de sus cabezas.

LA ESQUINICA, CAPITULO 7

 

Amigos: David Lucas continua está historia donde Merche Ruiz y el comisario Moravia. La historia cambia de… En esta serie que siete escritores Indies Juanjo Díaz TubertMercedes GallegoDavid Lucas, Frank Spoiler, Josep Capsir, Isabel Mata Musik y Juan Alberto Re Crivello han resuelto brindar a sus lectores cada 4 días Os invitamos…


A cargo de David Lucas. ( O sea, yo)
 
 
 
Bueno, ya hemos llegado. Para ser tan conocida, no hay mucha gente—Dijo Carlos Moravia—El mar está tranquilo y hace un día esplendido—. Otearon el horizonte y durante unos segundos, se dejaron ir por la belleza de la playa.
—Mira Carlos—dijo Candela— ¿Lo ves? Allí está el espigón. Debe ser ese, es el único que se ve por estos lugares. ¡Pepe, por favor! Deja de babear y piensa por una vez con la cabeza. ¡Ya tendrás tiempo de ligar!
—Sólo estaba analizando el terreno—Contesto Pepe—Y madre mía, que terreno más hermoso, ja, ja, ja—.
—Venga, vamos—Replico Moravia—No perdamos tiempo y descubramos de una vez que tiene esa maldita caja.
Adecuados al clima y a la estación veraniega, Carlos y Pepe iban con un bañador de colores y Candela, con un sexy bikini que hizo los estragos de los costarricenses que estaban por allí. Pepe la miro por detrás y sopló, nunca se había fijado en ella como en estos últimos días. Primero, cuando entró en la comisaria vestida como una verdadera actriz porno y ahora, ese conjunto que dejaba sin respiración, confirmaba lo que nunca había pensado: Candela, está buenísima.
—Debemos darnos prisa—dijo el inspector Moravia—Hemos dado esquinazo a Mauro, pero pronto empezará a echarnos de menos, la película—señalando con el dedo— se rueda detrás de aquella montaña y pronto serán los ensayos.
— ¿Ensayos?—Dijo Pepe— ¿Es que también se ensaya en ese tipo de películas?—Pues, esos chicos, deben ser superhéroes para aguantar tanto ajetreo, movimiento y empuje.
—Pepe, no pienses que vas a actuar—Le dijo Carlos—Ni se te ocurra pensarlo. No creas que porque estamos en la otra punta del mundo, nadie se iba a enterar de lo que haces por aquí. ¿Lo pillas? ¿Mi astuto y comprensible compañero? —Moravia, sacó una de sus sonrisas pícaras y tiró de ironía.
—Ya, ya…lo sé. Bastante bochorno hemos tenido con el gag que tuviste con el payaso y su pistola de agua, ja, ja, ja— Contestó Pepe, riéndose a mandíbula batiente.
—Qué cabrón, no me hace puta gracia—Replicó Carlos con cara de pocos amigos.
El espigón tenía unos quinientos metros y el tramo final se inclinaba hacia la izquierda, en forma de gancho. Los tres caminaban con sumo cuidado, las rocas estaban desde principio a fin, mojadas y podían resbalar en cualquier momento.
Hacía calor, mucho calor. Candela se acuclilló y se refrescó con el agua salada del mar, que chapoteaba contra las piedras.  Pasó sus manos por el cuello, nuca, pecho y cabello. Al incorporarse, estuvo a punto de caer, pero Pepe la sujeto.
—Te tengo—Le dijo el señor Contreras a la señora Galego—.
—Gracias Pepe, pero si haces el favor de soltarme de la cintura podremos seguir caminando. —Estaban cara a cara, Pepe repasó sus labios y al ser cazado por ella, apartó la mirada de un santiamén. Dio la vuelta intentando desacelerar sus latidos para seguir examinando los peñascos. Candela, a sus espaldas sonrió. Por primera vez le pareció dulce, sensual…y hasta guapo.
— ¡Aquí!—Gritó Carlos— ¡Esta roca tiene forma de corazón, venid, rápido!
Candela y Pepe llegaron al instante y Carlos ya estaba metiendo la mano por debajo de la roca—Joder, no encuentro nada, a ver…—Estiró el brazo todo lo que pudo y tocó algo—Sí, creo que aquí está—dijo alborotado—Se tumbó agachó su cuerpo todo lo posible hasta que sus ojos divisaron la caja— ¡Pepe, Candela! Ayudarme a subir que al final me voy a caer al agua. Cuando se incorporó llevaba en su mano una pequeña caja…una caja de puros.
Pepe y Candela, estaban expectantes y Carlos jadeo: ¡Mi tesoro, mi tesoro! Y los tres rompieron a reír sin control.
Se  acomodaron en la roca del amor, que era como la habían bautizado. Carlos, retiró unos pedazos de algo que parecía musgo y abrió la caja.
En ella había una carta en forma de pergamino, enrollada y atada con un lazo rojo. Tiró del lazo y leyó el título: “La esquinica”, luego entre paréntesis el nombre de alguien conocido: Frank Mata, mi amor.
— ¿La vas a leer?—dijo Candela—. O te vas a quedar contemplando el estilo gráfico o la calidad del papel.
—Espera, mira—contestó Carlos—También hay una llave. ¿Será de dónde se hospeda o vive Merche?
—Podría ser—dijo Pepe— pero venga, no te entretengas y lee la dichosa carta antes de que el equipo lujurioso de Mauro venga a por nosotros.
Carlos empezó a leer, a las puertas del mar, ante un sol de justicia y con unas ropas más cercanas a un carnaval que a un día de playa.
« Querido Popeye, supongo que a estas alturas no te vendrá de sorpresa estos juegos que tanto me gustan y tan emoción le dan a nuestra historia de amor.
Ahora, que estás leyendo esta carta, sé que has llegado a mi país, Costa Rica.
Sabes que tuve que marchar inesperadamente si quería seguir con vida. Siento mucho cómo me fui, pero no podía arriesgar mi vida ni la tuya por ese hijo de puta que va tras de mí. Bien, al final de la carta te he dejado una dirección. Tendrás que ir el viernes, solo  y exclusivamente el viernes. Si llegas otro día, espera en cualquier hostal  hasta que llegue ese día. Deberás ir vestido de payaso (No creo que suponga un problema para ti, ja, ja, ja) y decirle a la recepcionista las iniciales de mi nombre y apellido: M.R
Ella lo entenderá y te dará el número de habitación donde me hospedo. Con la llave, esa que te has encontrado junto a la carta, podrás acceder a mi habitación. No se la pidas a la recepcionista, he cambiado la cerradura sin permiso.
Espera allí hasta que llegue, no llames a nadie, ni salgas a la calle.
No hagas nada hasta que me veas. Aquí, en Costa Rica, nadie se fía de nadie y la muerte convive a diario por estas tierras.
Te echo mucho de menos y estoy loco por comerte a besos, por hundirme en tus brazos y perderme en tu sonrisa. Sé que lo vas a lograr y aquí, ya pensaremos algo para poder ser feliz de una vez por todas. Nada más, mi querido Popeye, ten mucho cuidado, mucho. Ya sabes que cualquier indicio que encuentre ese cabrón puede ir a por ti.
Y perdóname por meterte en mi líos…sólo quería conseguir algo de dinero para salir de ese puto mundo de corrupción y violencia.
Lo siento…amor…Gerardo se equivocó y yo también, pero al menos yo he podido salir con vida. Perdóname, perdóname, perdóname. Te quiero.
Aquí te dejo la dirección: Calle de la Palma, Numero 69. En el barrio de Las Bravas.
PD. Lo del disfraz de payaso, esta vez no es ningún juego. Todos los viernes hacen una fiesta de disfraces en el pueblo. Nadie sospechará, nadie te reconocerá.
Te quiero, eternamente.
Merche.

miércoles, 17 de abril de 2013

LA ESQUINICA, CAPITULO 6


 

 

Amigos: David Lucas continua está historia donde Merche Ruiz y el comisario Moravia, y que conoceremos al nombre del muerto que vino del cielo. En esta serie que siete escritores Indies Juanjo Díaz Tubert Mercedes Gallego David Lucas Frank Spoiler  Josep Capsir Isabel Mata Musik y Juan Alberto Re Crivello han resuelto brindar a sus lectores cada 4 días Os invitamos…

 

A cargo de David Lucas. ( O sea, yo)

 
 
A medida que se acercaba a las celdas, las estridentes risas se escuchaban con más fuerza. Cuando abrió el portón, con una de las tantas llaves que colgaban en su cinturón, algunos susurros avisaron de que alguien entraba­­­­­­­ y el silencio reinó al instante. El comisario Fuentes entró con firmeza, marcando tacón y canturreando algún estribillo de una canción. Estaba, contrariamente a los últimos días, tranquilo y paciente, e incluso comenzó a silbar, mientras escudriñaba a su paso a todos los internos. Éstos, al verlo, echaban un paso atrás, como si estuvieran viendo al mismísimo diablo.

 

—Vaya, parece que por aquí, también estás haciendo de las tuyas—Le espetó a Popeye—.Vamos a ver si conmigo, Popeyito, eres tan gracioso como con tus despreciables «vecinos»—. Al payaso se le borró de golpe su característica sonrisa y sintió en sus carnes, que la mirada del comisario era aterradora. Dio unos pasos atrás como pudo, pues tenía encadenados los pies y las manos, para que ni el mejor escapista del mundo, pudiera tener una mínima posibilidad de fugarse. Pegó literalmente su cuerpo a la pared, luego, esperó a que entrara y a su vez, pensó que algo malo podría estar a punto de suceder.

El comisario, se sentó en la litera y observó los escasos enseres que le habían dejado a pie de cama. Cogió un pequeño libro titulado, “Una psicóloga, un argentino y un funerario”, lo miró con desdén y lo dejo cuidadosamente en la pequeña y vieja mesita que tenía a su derecha.

 

—Bien, ahora vamos hablar tú y yo—dijo Fuentes a Popeye—.Empieza a contar todo lo que sepas o te juro que de aquí no sales nunca más. Y no me vengas con que tienes derecho a un abogado o cualquier treta legal, porque te aseguro, querido, que me importa una mierda ahora mismo la ley, lo que pienses o tu vida.

Popeye quedó petrificado. El bufón, ese loco que se reía de medio mundo, tenía el rostro congelado, la piel más blanca que su maquillaje y los ojos a punto de verter un tsunami de lágrimas.

 

— ¿Dime tu verdadero nombre y quién eres realmente?

El payaso, ya se había quitado con una gasa todo la pintura de su cara y su rostro quedó por fin al desnudo. Ya no había síntomas de locura, alegría…No, su mirada era triste, los suspiros intensos y las arrugas de la piel evocaban a una vida llena de lucha y sufrimiento.

—Me llamo Francisco Mata, pero todos me conocen por Frank. No soy italiano ni francés…Sólo soy un tipo que nació en algún lugar de este país y…

 — ¿Cómo que en algún lugar, dónde?—. Le interrumpió Fuentes con aspereza y sin respeto alguno.

—Comisario Fuentes, soy huérfano. Viví en un orfanato hasta que cumplí los diez años. Cansado de vivir sometido a una doctrina muy radical, me escapé y anduve por todos los rincones de España, hasta que una familia me acogió cuando estaba a punto de morir de hambre y frío. Ellos trabajaban en un circo y con ellos aprendí el oficio de escapista. Con el tiempo «mis padres» me echaron y tuve que volver a buscarme la vida.

 

— ¿Te echaron de casa? ¿Por qué?—El tono de Fuentes empezó a ser más conciliador y pacífico.

—Ay, comisario, el amor…Me enamoré perdidamente de su hija y ellos no aceptaron la relación pues era como mi hermana.

— ¿Te enamoraste de su hija? Vale, me parece muy bien, pero que…

–Comisario—Esta vez fue Frank quién le interrumpió—Esa chica, la hija de mi familia adoptiva…es Merche. Merche Ruiz, la que ha marchado hacia Costa Rica amenazada de muerte por alguien muy peligroso.

—Popeye…eh, Frank, ¿Por qué diablos no ha contado esto antes a mis compañeros?— ¡Maldita sea! Necesitamos hablar con ella y aquí habría estado protegida por  todo mi equipo. Ahora está en Costa Rica y tendremos que pelear con el gobierno costarricense. Es muy importante que me diga exactamente dónde está y quién la ha amenazado.

 

—Verá, no puedo decirle nada,  si le cuento algo, irán a por ella y la matarán.

—Creo que no me ha entendido—El comisario volvió a endurecer su tono de voz—si no me dice lo que sabe, ella morirá de todas formas y tú, ni siquiera podrás despedirte en su puto funeral, porque criarás malvas de por vida en las mazmorras de esta ciudad. Así que, decide, porque el tiempo apremia…

 

A Frank se le escaparon las lágrimas, cubrió su cara con las manos y negó con la cabeza varias veces. No tenía opción, el comisario Fuentes tenía razón. Sí callaba, ese despiadado asesino tarde o temprano iría a por ella, para zanjar “el tema” y no dejar ningún cabo suelto que le inculpara. Sin embargo, si hablaba, quizá habría alguna posibilidad de salvarla; los agentes ya estaban rumbo a Costa Rica y si facilitara cualquier información para dar con Merche, estaría escudada con la policía y más protegida que nunca.

 

Levantó la cabeza, apretó los puños, cerró los ojos, suspiró y volvió a abrirlos. Miró al comisario y asintió con la cabeza.

—Usted gana, voy a contarle lo que sé. Quizá no sea mucho, pero haré lo que sea por Merche. ¿Me da usted su palabra de que estará escoltada en todo momento hasta que atrapen al asesino?—Frank, estaba realmente apesadumbrado y necesitaba oír algo que le tranquilizara. Algo que le convenciera de que su Merche, iba a estar bien.

—Por supuesto—dijo Fuentes—.Le doy mi palabra de que estará a salvo y que todo saldrá perfectamente. Es más, si lo desean, cuando todo pase, les proporcionare una vida nueva donde puedan ser felices para el resto de sus vidas.

—Vale—dijo el payaso y escapista—. El cadáver que cayó del cielo…verá, se llamaba Gerardo Ríos, actor porno, conocido como “Guerwin”, era amante de Merche hasta ese día. Ella quería dejarlo y marcharse conmigo, pero antes los dos tenían que resolver un asunto con alguien que les había prestado dinero para producir una película. Quedaron aquel día en la azotea—Por unos momentos Frank quedó ensimismado—Luego, por lo que Merche me contó, Gerardo se negó a pagar a ese tipo…y bueno, ya sabe dónde acabo. Mi amor estuvo a punto de seguir el mismo camino, pero le juró y perjuró que le traería el dinero contante y sonante—De nuevo, negó con la cabeza— Pero comisario, ¡Lo engañó!—Frank se exalto desesperadamente—. Ella no tiene un euro y desde aquel momento está en peligro y si la encuentra la matará.

— ¿Dígame quién es ese hombre?— Preguntó Fuentes.

—No lo sé, créame. Le juro que no lo sé—contestó con contundencia.

— ¿Y Merche? ¿Dónde está exactamente?—Vamos Frank, tengo allí a mis hombres y en breve darían con ella si usted…tú, nos ayudas.

 

 —Comisario—El payaso, parecía más sincero que nunca—. Lo único que sé, es que me dijo que me  reuniera con ella en Costa Rica, que me dirigiera a la playa “La Carolina”, que buscará en el espigón de esa playa una roca en forma de corazón. Me dijo que debajo habría una caja y que ahí, tendría todo los datos para ir con ella.

— ¿Por qué tanta complicación y no se lo dijo directamente?—preguntó el comisario-.

—Comisario, para Merche la vida es un juego y a pesar de estar muerta de miedo, no cambia jamás sus principios. Así me enamoró y así será siempre…

 

miércoles, 10 de abril de 2013

LA ESQUINICA, CAPITULO 5

 
 
Amigos, Juanjo Diaz Tubert, continua está historia donde Merche Ruiz y el comisario Moravia, vuelven a dar otro giro, de esta serie que siete escritores Indies, Juanjo Díaz Tubert, Mercedes Gallego, David Lucas Frank Spoiler,  Josep Capsir y Juan Alberto Re Crivello, han resuelto brindar a sus lectores cada 4 días. Os invitamos…
 
 
A cargo de Juanjo Díaz Tubert
 
 
Aburridos, visionaron películas porno durante horas sin saber muy bien la razón cuando a Candela se le ocurrió.
Volvamos a Internet.
Eso suena a bucle afirmó Carlos.
¿Internet de nuevo? le preguntó Pepe.
Claro, en google: ahí anda todo.
Y teclearon su nombre completo junto al de la productora Porno-digital-pasión cuando apareció en pantalla la dirección de Merche Ruiz, su edad, su vida completa, sus amantes, sus trapicheos, sus números de tarjetas visa, el carnet de identidad, los estudios superiores, sus debilidades psicológicas, sus experiencias humanas e incluso su nacionalidad: Costa Rica.
Subieron a los autos y a toda velocidad circularon por la ciudad hasta llegar al lugar donde figuraba su empadronamiento. Acompañados de los agentes de asalto entraron de forma brusca. Parecían actores bordando el papel de una tele serie de bajo presupuesto. Buscaron con las armas en alto por toda la casa hasta que hallaron una nota encima del tocador «Tengo que largarme amorsito. Popeye de mi vida te amo, adiós. Tu querida Merche» ¿Qué hacía en su casa una nota de despedida amorosa dedicada a Popeye? Eran amantes y debían compartir negocios.
Salieron de nuevo todos los guardias y montaron en los autos en dirección al  centro comercial donde actuaba Popeye. Como si se tratara de una  contubernia romana entraron en el centro liderados por el comisario Moravia. Sin contemplaciones lo abordaron.
Muéstreme mensajes, wasaps, lo que sea.
Popeye con su rostro blanco y su maquillaje eterno comenzó a reirse de ellos, el público empezó a largarse.
¡El móvil, venga!
No tiene derecho le respondió Popeye.
Le empapelaré, le encerraré en la modelo.
Bueno, tenga.
Al comisario Fuentes le resbaló el móvil en sus manos.
Per favore, prego... no me lo rompa
En una demostración de destreza lograron encontrar la lista de mensajes; leyó: «Estoy a punto de embarcar sielo, te llevaré en mi corassón toda mi vida, te veré en Costa Rica».
¡Rápido, a los autos, nos vamos al aeropuerto, venga!¡Y tú vienes con nosotros!
Yo, zi zolo zoy un triztre payazzo apodado Popeye…
Ahora disponían de toda la autovía para desfugar a las patrullas híbridas facilitadas por el ministerio del interior. Una vez llegaron a la terminal de vuelos internacionales el despliegue fue exagerado, observaron los paneles y dieron con el único vuelo de la jornada hacia Costa Rica. Corrieron todos como locos y más de uno se llevó por delante alguna papelera, estaban emocionados, hacía tiempo que la vida no les regalaba una persecución ¡qué nervios! Un cabo señaló por el ventanal ¡Comisario, allí!─. Vieron a Merche Ruiz embarcar en un enorme boing 747. Cuando lograron salir a la pista, no sin provocar incidentes con los agentes del aeropuerto, el avión comenzaba a enfilar la pista principal cuando la potencia de los motores desplazó al comisario y a sus subordinados como si fueran muñequitos de papel, volaron todos en grupo por los aires y cayeron como sacos de patatas a los bordes de la pista. Sentados y algo desorientados vieron como el avión despegó.
Al día siguiente el ambiente no era muy agradable, el comisario Fuentes estuvo casi toda la mañana mirando a la ventana sentado con las piernas encima de su escritorio y mostrando sus gruesas espaldas a sus subordinados. Un cierto tic llamó la atención de Pili.
Oyele dijo bajito a Pepe le vuelven los tics, mira.
Es verdad.
Hipnotizados por el clima enrarecido tardaron en percatarse de los sonidillos amenos del robot R2D2… sí, el de Star Wars.
Es mi android dijo Pili. Escuchó con cara de pasmo y respondió Sí, les informaré ¿Donde? Repítalo. Bien, sí, acptamos claro. A las diez mañana, vale─. Colgó. Su cara de palo llamó la atención de Pepe.
¿Qué ocurre?
Nos han elegido para una superproducción porno.
¿Cómo? Pepe no lograba entender.
Y también les ha gustado Moravia… Hay más.
Bueno, adelante mujer.
El rodaje será en Costa Rica.
¡Coño! el comisario Fuentes dio un bote brusco y a punto estuvo de perder el equilibrio, es más, durante segundos estuvo patas arriba realizando equilibrismos con la silla… Salió de su despacho y los reunió para darles un sermón.
Eso es una señal de la providencia, mis rezos han sido oídos por el creador y nos ha alumbrado de luz y suerte, deben de ir; es más, les doy la orden concisa y concreta. Es una intuición divina.
Por la tarde y sin perder tiempo llegaron a la productora con los atuendos extravagantes y ahí, les vino a recibir Mauro.
Hola guapa, hola guapos, venir por favor ¿por cierto tenéis el pasaporte en regla?
Los tres hicieron gestos afirmativos… vaya pregunta. La decoración estaba llena de esculturas fálicas y culos, en cierta manera recordaba a la naranja mecánica. Después de subir por una escalera de caracol Mauro les invitó a entrar al inmenso despacho del otro director.
Hola querido aquí están Conchi y… sus amigos.
Ristoafirmó Pepe.
Alexandre dijo Moravia.
Bien, Conchi, Risto y Alexandre. Os presento al gran director porno Pedro Machete.
Hubieron saludos informales por ambas partes, Pedro les invitó a sentarse. Con cierta pluma les explicó la trama de la superproducción.
La película se titula Lost…
¿Como la serie? dijo Candela.
Sí Conchi. Ya tenemos los decorados preparados en la Selva de Costa Rica y allí volaremos mañana. La trama es sencilla, un accidente de avión, un equipo de fútbol junto a fotógrtafos y modelos de Vistoria´s secret como pasajeros; se estrellan, sobreviven, y ya sabéis: todos a follar.
Volaron como incógnitos actores porno en dirección a Costa Rica para encontrar a la enigmática Merche Ruiz y esclarecer de una vez el asesinato o muerte accidental del cadaver empalmado de «La esquinica».
Por otro lado Popeye tenía muchas cosas que aportar, el comisario Fuentes decidió hacerle un interrogatorio. Así que decidió ir a verle a las mazmorras.

domingo, 7 de abril de 2013

LA ESQUINICA, CAPITULO 4


Amigos, Isabel Mata Musik, continua está historia alterando la marcha, para dejar más trampas de esta serie que cinco escritores Indies, Mercedes Gallego, David Lucas, Frank Spoiler, Juanjo Díaz Tubert, Josep Capsir y Juan Alberto Re Crivello han resuelto brindar a sus lectores cada 4 días Os invitamos…
A cargo de Isabel Mata Musik


—Se ha escapado, — exclamó Moravia, entrando de nuevo en el antro de Popeye que le miraba con sorna. — ¿por qué, qué tiene que ocultar?
―Digamos que no le gustan demasiado los policías, mire, yo no sé nada, pregúntele a ella cuando la encuentre, si es que lo consigue, es muy escurridiza, si lo sabré yo.
―Dile que me llame, no debe preocuparse, sólo quiero hacerle unas preguntas, si no me llama pensaré que es una asesina y entonces sí que tendrá graves problemas, pensaré en su señora madre.
El comisario convocó una reunión urgente. Carlos Moravia y sus dos ayudantes, Pepe Contreras y Candela Galego, entraron en la sala bastante acojonados, el comisario Fuentes tenía un carácter de mil demonios y en ese momento estaba muy cabreado.
― ¡Más de un mes y aún no tenemos nada, los periodistas se están mofando de nosotros, el ministro me está acribillando…! —Bramó, con la cara roja de furia―. ¡Moravia, quiero respuestas ya, encuentre a esa tal Merche, no creo que sea tan difícil, por Dios!
Todos callaron, Carlos no se atrevió a relatar su encuentro con el payaso, si lo hacía se iban a cachondear de él hasta el fin de los tiempos.
Candela se encerró en su despacho para buscar en Internet, tenía una intuición y quería seguirla, nunca fallaba. Hasta ese momento había seguido los dictados del jefe, para nada, ya era hora de tomar las riendas.
Su búsqueda dio resultado, salió de la comisaría sin decir nada a los demás, iba a ir a su aire.
Se presentó en la «Academia» de actores porno vestida con una mini falda que dejaba al descubierto sus ligas, una camiseta muy ajustada que marcaba generosamente su delantera y unas botas que le tapaban las rodillas.
―Tú debes ser la Chonchi, menos mal que has venido, estamos escasos de actrices y tenemos una película pendiente que nos va a dejar un buen dinero. Se rodará en una masía, dentro de una semana, así tendrás ese tiempo para prepararte. Se titulará «El pollón campesino». ¿Tienes experiencia? —Preguntó el afeminado director mirándola de pies a cabeza apreciativamente—. Yo soy Mauro.
―Ninguna, por eso he venido, pa aprender, ―explicó, con un acento indefinido.
―Pues vas a tener que aprender rápido porque esto corre prisa, pero no te asustes —añadió tras ver el rubor que empezaba a cubrir sus mejillas, al final iba a resultar que era buena actriz—, te va a encantar, chiquilla, ya lo verás.
―Está bien, Mauro, pero poco a poco, vale, antes quiero conocer a mis compis.
―Acompáñame —la llevó a una sala donde estaban rodando, entraron en silencio, los gemidos de la actriz que estaba actuando eran escandalosos, el actor, con un rabo descomunal, la estaba penetrando por detrás, la estaba poniendo mirando pa Cuenca. La mujer, rubia teñida y con unas posaderas importantes, cuando la cámara no la enfocaba le guiñó un ojo a Candela con una cara de aburrimiento y de hastío que le hizo taparse la boca para no soltar una sonora carcajada.
― ¿Cómo se llama el actor, Mauro?
―Este es Nachete, el que va y te la mete, jajaja, luego te presento a los demás. Tenía un amigo que se dedicaba a esto, Guerwin se llamaba, ¿te suena?
― ¿Guerwin?, déjame pensar, en este mundo no hay tantos, no, no me suena. ¡Espera! Claro, Guerwin, durante mucho tiempo fue uno de los más cotizados pero hace mucho que no sé nada de él. Creo que Nachete hacía tríos con él, luego le preguntamos.
― ¿Cómo se llama la chica?
―Merche.
Entró en la comisaría sin cambiarse por lo que sus colegas se quedaron de piedra al verla con el modelito, volvió a encerrarse en su despacho ignorando las miradas y las bocas abiertas que dejaba a su paso. No tardaron en seguirla Carlos y Pepe.
― ¿Dónde estabas, te has largado sin contar con nosotros, no trabajas sola, sabes?
―La increpó Moravia, irritado.
―Creo que he dado con una buena pista a seguir, Guerwin ha sido actor porno.
―Bien hecho, pero ¿cómo se te ha ocurrido?
―Preguntó Pepe, celoso.
―Porque estoy harta de recibir broncas por vuestra culpa, Pepe, a ver si te pones a pensar un poco en vez de estar todo el día tocándote los huevos. Por lo menos Moravia lo intenta, aunque haga el ridículo a veces.
―Está bien, no te pases, Candela, cuéntanos que tienes planeado―inquirió Carlos.
―El que la tenga más larga que se venga conmigo mañana, tenemos trabajo.
Al día siguiente se presentaron en la Academia, los tres, con unas pintas que no les hubiera conocido ni su propia madre. Mauro al ver a Pepe empezó a babear, tras darles un par de besos a cada uno les dirigió a otra sala donde esperaban varios actores y actrices totalmente desnudos.
―No sé cómo superaremos esto ―susurró Moravia al oído de Candela.
―Vamos hombre, yo ya hace tiempo que estoy curada de espantos.
―Mauro, ¿dónde está Merche, quiero saludarla?
―Acaba de llamar, conejita, hoy no podrá venir porque ha cogido un virus extraño. Podéis desnudaros y esperar junto a los demás, no tardaremos mucho.
―Un virus extraño ―repitió Moravia con recochineo― ¡la madre que la parió! ¡A esta no la vemos más! Candela, intenta averiguar donde vive la zorra.

lunes, 1 de abril de 2013

REMANGAR LA ACTITUD

 
 
Nunca es suficiente, demasiados vacíos ante tanta herida desangrada.
Nunca es bastante, demasiados llantos bajo el disfraz de la hombría.
Nunca nos parece justo, demasiada injusticia y demasiados justicieros.
Mientras creamos en terceras personas, las primeras ya han caído.
Mientras pensamos en pensar qué hacer, dejamos de escuchar gritos impensables.
Mientras nos quejamos y nos quedamos en la posibilidad, el del enfrente nos golpea con los hechos del desecho.
Nos toca remangar la actitud y dejar de dar vueltas  en el verbo del intento.
Nos toca dar un paso y luego otro y creer en nuestras huellas.
Nos toca mover, remover y embestir contra todo aquello que nos supera.
¡Ya! ahora, porque hay demasiados parsimonia y llantos.
Por tantas injusticias de justicieros ilegales.
Dejemos de ser ganado y hagamos algo por aquello que está perdido.
¡Ya! ahora, porque si queremos, podemos hacer los que el sueño nos diga.
 
 
Ya es hora de gastar el tiempo en ganar más vida…
Ya es hora de tirar los dados con nuestras manos…
Ya es hora de jugar la partida y luchar por nuestra casilla…
Mientras nos cuentan milongas, los cuentos envejecen…
Mientras ellos pregonan la paz, nosotros sembramos la ira…
Mientras la indiferencia sea nuestro aliado, la vida se nos caduca…
 
 
De nada sirve las reuniones del lloriqueo cuando vemos que todo se desploma, si después las lágrimas se
consumen en el olvido. De nada vale el clamor si es fugaz y  escurridizo, ante tanta vejación y humillación por
éstos, que se creen rey de reyes y no son más que carroña…y en mal estado. Hay que unir los deseos, los derechos, las igualdades, el coraje, la valentía y la sinceridad y salir al mundo de una vez , para desmantelar todo lo podrido y crear un modelo que sea equiparable a la grandeza que merece el ser humano.
Es muy difícil, ciertamente complicado, pero todos y digo todos, podemos conseguir que la vida vuelva ser vida y no una muerte muriéndose poco a poco….
Tenemos ilusión, fuerza, transparencia, ganas de volver a creer en algo puro y honesto.
Queremos un planeta donde todos rememos hacia la misma dirección, independientemente de los dispares puertos o diferentes barcas. Soñamos con un lenguaje universal…
 
 
Aquel que cae al suelo y el otro lo levanta…
Aquel que tiene frío y le prestan una manta…
Esa que pide un trabajo y no importa su color…
Esa que llega herida y atienden a su dolor…
 
Algo me dice que se puede y que todos tenemos.
Algo llamado corazón y que, pese a que se empeñen a desconcertarlo, si destapamos su esencia, no hay guerra que no podamos vencer. Sólo es cuestión de creer en nosotros y de actuar delante de los déspotas, hipócritas y corruptos, que dirigen de una forma tan lamentable este valioso y hermoso mundo.