domingo, 13 de enero de 2013

EL CAPITÁN DEL BARCO DE TU VIDA




 



Cuando la noche se hace larga y amarga.
Cuando el tiempo pasa y nunca pasa nada.
Cuando te ciegas de rencor y no hay lazarillo que te guíe por otras calles.
Cuando el vaso está vacío y no hay nada por lo que bailar.
Cuando miras hacia un lado y miras hacia el otro y a la izquierda el silencio, a la derecha la soledad y arriba nubes negras que presagian mil tormentas.
Cuando andas con cuidado y te hundes en el barro una y otra vez.
Cuando el mar te espera con tu barco y no sabes si habrá calma o tempestad.
Surgen dos opciones, dos caminos para elegir, dos maneras de adoptar cómo vivir esta vida, que sacude y te golpea, te acaricia y te besa y te quiere y te odia…
La primera, quedarte atracado en el puerto, atando las amarras de tus desdichas, izando tu bandera blanca y esperando a que la espera, desespere a la marea y se suba hasta tu cuello y te engulla, con las olas de tu miedo y la espuma de la cobardía.
La segunda, desanclar tu barco del muelle, arriar las velas de la ilusión y navegar contra el viento y su vaivén, a la conquista de tus sueños por los océanos del destino. Con coraje, energía, voluntad, valentía…
Cómo  te cuento, que cuando la noche se hace larga y amarga, tú puedes invertir el sentido de sus horas, puedes lograr que la agonía se diluya como un dulce azucarillo, puedes obtener los encantos de una estrella y los reflejos de la luna. Cómo te explico que a pesar de la oscuridad, hay madrugadas que enamorar, sombras que iluminar y planetas que conquistar…
No queda otra más que una, si no quieres respirar sin saber que aire recoger.
No queda más que ahora, si no entiendes que eres tú y no aquel que llenas de envidia.
No queda nadie si te vas, pues al marchar es la soledad la que sólo te acompañará.
No queda lugar si caes en la perdición, que allí solo estarás para morir estando en vida.
Agarra el timón de tu vida y deja de buscar a otros que remen bajo la sombra de tu lamento.
Decide tu rumbo e inventa tu mundo, hazte con los galones de tu personalidad y construye la brújula que te lleve donde tú quieras ir.
Surca senderos, llanuras infinitas, caminos empedrados, jardines de hierba fina y cercos con hoyos y espinas, que al fin y al cabo, esto no para y machaca tu pensamiento cada anochecer, tiene sonrisas y llantos, alegrías y penas y sueños y pesadillas.
Pero no olvides en el olvido, que lo más importante es que tú seas el dueño de tu aventura, el que escribe con prosa o sin ella, el pintor que elige sus colores o el soldado que sale de su trinchera. No, no olvides, que sin ti para qué vas a vivir…
Cuando la noche se hace larga y amarga.
Cuando el mar te espera con tu barco y no sabes si habrá calma o tempestad.
Dos opciones, dos caminos y el privilegio de elegir.
Izar la bandera blanca o ser el capitán del barco de tu vida.



2 comentarios:

  1. que hermoso "Izar la bandera blanca o ser el capitán del barco de tu vida" me lo llevo...

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  2. No, no olvides, que sin ti para qué vas a vivir…
    ¡Vaya frase David, para enmarcar...!
    Llevo alejada bastante tiempo de los blogs, no termino de controlar el tiempo de mi vida, pero no olvido a los amigos, en serio, espero que todo se arregle y poder estar con vosotros.

    Tus letras como siempre, de lujo.

    Besos David.

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