viernes, 22 de mayo de 2020

NUNCA DIJE ADIÓS.... HE VUELTO.



 Nunca dije adiós.

quizá no me despedí porque sabía que volvería.  Al fin y al cabo, nadie se va de ningún lugar porque siempre dejamos la huella allá por donde vamos. 
En definitiva, he vuelto, tras estar unos años sumergido en sueños que cada vez tienen más fuerza e importancia entre mis latidos. 

Mi poesía sigue estando viva bajo mi piel, en las esquinas de mi alma. En los pozos de mi corazón. Sigo escribiendo para remover los cimientos que sujetan nuestras emociones, para desarmar los miedos que se esconden en nuestro silencio y para alentar a la esperanza a que siga con nosotros y venzamos, una y mil guerras que nosotros mismos creamos. 

He vuelto siendo escritor, poeta, coach y ser humano. 
He vuelto sin saber quién estará al otro lado y si mis queridos compañeros, aquellos con los que compartían siguen contando sus heridas y flores en un jardín donde nos encontramos los que albergamos algo más que vivir la vida como un puro trámite. 

He vuelto y a mis espaldas, o mejor dicho, en mi corazón, libros publicados, sesiones de coaching para acompañar a aquella persona que busca un camino, que desea un objetivo o que simplemente quiere ser el que quiere ser. 

He vuelto, sin olvidar la prosa poética, el sentir qué resquebraja el alma, los acentos que abrazan, las palabras que susurran y se adentran entre nuestros sentidos y la gente, las personas... tú. 

He vuelto.  
Porque nunca me fui. 
Y lo hago como siempre; dando un salto mortal con la ilusión, remangándome las ganas y desnudado el amor para entender que la vida, el destino y nuestras vidas, se forjan con esos detalles que no tienen precio y que son tesoros infinitos.

    


                                        


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