miércoles, 10 de abril de 2013

LA ESQUINICA, CAPITULO 5

 
 
Amigos, Juanjo Diaz Tubert, continua está historia donde Merche Ruiz y el comisario Moravia, vuelven a dar otro giro, de esta serie que siete escritores Indies, Juanjo Díaz Tubert, Mercedes Gallego, David Lucas Frank Spoiler,  Josep Capsir y Juan Alberto Re Crivello, han resuelto brindar a sus lectores cada 4 días. Os invitamos…
 
 
A cargo de Juanjo Díaz Tubert
 
 
Aburridos, visionaron películas porno durante horas sin saber muy bien la razón cuando a Candela se le ocurrió.
Volvamos a Internet.
Eso suena a bucle afirmó Carlos.
¿Internet de nuevo? le preguntó Pepe.
Claro, en google: ahí anda todo.
Y teclearon su nombre completo junto al de la productora Porno-digital-pasión cuando apareció en pantalla la dirección de Merche Ruiz, su edad, su vida completa, sus amantes, sus trapicheos, sus números de tarjetas visa, el carnet de identidad, los estudios superiores, sus debilidades psicológicas, sus experiencias humanas e incluso su nacionalidad: Costa Rica.
Subieron a los autos y a toda velocidad circularon por la ciudad hasta llegar al lugar donde figuraba su empadronamiento. Acompañados de los agentes de asalto entraron de forma brusca. Parecían actores bordando el papel de una tele serie de bajo presupuesto. Buscaron con las armas en alto por toda la casa hasta que hallaron una nota encima del tocador «Tengo que largarme amorsito. Popeye de mi vida te amo, adiós. Tu querida Merche» ¿Qué hacía en su casa una nota de despedida amorosa dedicada a Popeye? Eran amantes y debían compartir negocios.
Salieron de nuevo todos los guardias y montaron en los autos en dirección al  centro comercial donde actuaba Popeye. Como si se tratara de una  contubernia romana entraron en el centro liderados por el comisario Moravia. Sin contemplaciones lo abordaron.
Muéstreme mensajes, wasaps, lo que sea.
Popeye con su rostro blanco y su maquillaje eterno comenzó a reirse de ellos, el público empezó a largarse.
¡El móvil, venga!
No tiene derecho le respondió Popeye.
Le empapelaré, le encerraré en la modelo.
Bueno, tenga.
Al comisario Fuentes le resbaló el móvil en sus manos.
Per favore, prego... no me lo rompa
En una demostración de destreza lograron encontrar la lista de mensajes; leyó: «Estoy a punto de embarcar sielo, te llevaré en mi corassón toda mi vida, te veré en Costa Rica».
¡Rápido, a los autos, nos vamos al aeropuerto, venga!¡Y tú vienes con nosotros!
Yo, zi zolo zoy un triztre payazzo apodado Popeye…
Ahora disponían de toda la autovía para desfugar a las patrullas híbridas facilitadas por el ministerio del interior. Una vez llegaron a la terminal de vuelos internacionales el despliegue fue exagerado, observaron los paneles y dieron con el único vuelo de la jornada hacia Costa Rica. Corrieron todos como locos y más de uno se llevó por delante alguna papelera, estaban emocionados, hacía tiempo que la vida no les regalaba una persecución ¡qué nervios! Un cabo señaló por el ventanal ¡Comisario, allí!─. Vieron a Merche Ruiz embarcar en un enorme boing 747. Cuando lograron salir a la pista, no sin provocar incidentes con los agentes del aeropuerto, el avión comenzaba a enfilar la pista principal cuando la potencia de los motores desplazó al comisario y a sus subordinados como si fueran muñequitos de papel, volaron todos en grupo por los aires y cayeron como sacos de patatas a los bordes de la pista. Sentados y algo desorientados vieron como el avión despegó.
Al día siguiente el ambiente no era muy agradable, el comisario Fuentes estuvo casi toda la mañana mirando a la ventana sentado con las piernas encima de su escritorio y mostrando sus gruesas espaldas a sus subordinados. Un cierto tic llamó la atención de Pili.
Oyele dijo bajito a Pepe le vuelven los tics, mira.
Es verdad.
Hipnotizados por el clima enrarecido tardaron en percatarse de los sonidillos amenos del robot R2D2… sí, el de Star Wars.
Es mi android dijo Pili. Escuchó con cara de pasmo y respondió Sí, les informaré ¿Donde? Repítalo. Bien, sí, acptamos claro. A las diez mañana, vale─. Colgó. Su cara de palo llamó la atención de Pepe.
¿Qué ocurre?
Nos han elegido para una superproducción porno.
¿Cómo? Pepe no lograba entender.
Y también les ha gustado Moravia… Hay más.
Bueno, adelante mujer.
El rodaje será en Costa Rica.
¡Coño! el comisario Fuentes dio un bote brusco y a punto estuvo de perder el equilibrio, es más, durante segundos estuvo patas arriba realizando equilibrismos con la silla… Salió de su despacho y los reunió para darles un sermón.
Eso es una señal de la providencia, mis rezos han sido oídos por el creador y nos ha alumbrado de luz y suerte, deben de ir; es más, les doy la orden concisa y concreta. Es una intuición divina.
Por la tarde y sin perder tiempo llegaron a la productora con los atuendos extravagantes y ahí, les vino a recibir Mauro.
Hola guapa, hola guapos, venir por favor ¿por cierto tenéis el pasaporte en regla?
Los tres hicieron gestos afirmativos… vaya pregunta. La decoración estaba llena de esculturas fálicas y culos, en cierta manera recordaba a la naranja mecánica. Después de subir por una escalera de caracol Mauro les invitó a entrar al inmenso despacho del otro director.
Hola querido aquí están Conchi y… sus amigos.
Ristoafirmó Pepe.
Alexandre dijo Moravia.
Bien, Conchi, Risto y Alexandre. Os presento al gran director porno Pedro Machete.
Hubieron saludos informales por ambas partes, Pedro les invitó a sentarse. Con cierta pluma les explicó la trama de la superproducción.
La película se titula Lost…
¿Como la serie? dijo Candela.
Sí Conchi. Ya tenemos los decorados preparados en la Selva de Costa Rica y allí volaremos mañana. La trama es sencilla, un accidente de avión, un equipo de fútbol junto a fotógrtafos y modelos de Vistoria´s secret como pasajeros; se estrellan, sobreviven, y ya sabéis: todos a follar.
Volaron como incógnitos actores porno en dirección a Costa Rica para encontrar a la enigmática Merche Ruiz y esclarecer de una vez el asesinato o muerte accidental del cadaver empalmado de «La esquinica».
Por otro lado Popeye tenía muchas cosas que aportar, el comisario Fuentes decidió hacerle un interrogatorio. Así que decidió ir a verle a las mazmorras.

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