lunes, 1 de abril de 2013

REMANGAR LA ACTITUD

 
 
Nunca es suficiente, demasiados vacíos ante tanta herida desangrada.
Nunca es bastante, demasiados llantos bajo el disfraz de la hombría.
Nunca nos parece justo, demasiada injusticia y demasiados justicieros.
Mientras creamos en terceras personas, las primeras ya han caído.
Mientras pensamos en pensar qué hacer, dejamos de escuchar gritos impensables.
Mientras nos quejamos y nos quedamos en la posibilidad, el del enfrente nos golpea con los hechos del desecho.
Nos toca remangar la actitud y dejar de dar vueltas  en el verbo del intento.
Nos toca dar un paso y luego otro y creer en nuestras huellas.
Nos toca mover, remover y embestir contra todo aquello que nos supera.
¡Ya! ahora, porque hay demasiados parsimonia y llantos.
Por tantas injusticias de justicieros ilegales.
Dejemos de ser ganado y hagamos algo por aquello que está perdido.
¡Ya! ahora, porque si queremos, podemos hacer los que el sueño nos diga.
 
 
Ya es hora de gastar el tiempo en ganar más vida…
Ya es hora de tirar los dados con nuestras manos…
Ya es hora de jugar la partida y luchar por nuestra casilla…
Mientras nos cuentan milongas, los cuentos envejecen…
Mientras ellos pregonan la paz, nosotros sembramos la ira…
Mientras la indiferencia sea nuestro aliado, la vida se nos caduca…
 
 
De nada sirve las reuniones del lloriqueo cuando vemos que todo se desploma, si después las lágrimas se
consumen en el olvido. De nada vale el clamor si es fugaz y  escurridizo, ante tanta vejación y humillación por
éstos, que se creen rey de reyes y no son más que carroña…y en mal estado. Hay que unir los deseos, los derechos, las igualdades, el coraje, la valentía y la sinceridad y salir al mundo de una vez , para desmantelar todo lo podrido y crear un modelo que sea equiparable a la grandeza que merece el ser humano.
Es muy difícil, ciertamente complicado, pero todos y digo todos, podemos conseguir que la vida vuelva ser vida y no una muerte muriéndose poco a poco….
Tenemos ilusión, fuerza, transparencia, ganas de volver a creer en algo puro y honesto.
Queremos un planeta donde todos rememos hacia la misma dirección, independientemente de los dispares puertos o diferentes barcas. Soñamos con un lenguaje universal…
 
 
Aquel que cae al suelo y el otro lo levanta…
Aquel que tiene frío y le prestan una manta…
Esa que pide un trabajo y no importa su color…
Esa que llega herida y atienden a su dolor…
 
Algo me dice que se puede y que todos tenemos.
Algo llamado corazón y que, pese a que se empeñen a desconcertarlo, si destapamos su esencia, no hay guerra que no podamos vencer. Sólo es cuestión de creer en nosotros y de actuar delante de los déspotas, hipócritas y corruptos, que dirigen de una forma tan lamentable este valioso y hermoso mundo.
 

 

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